II. Ya tengo impresora 3D. Problemas Especiales > Objetos a Medida

Si tienes un problema y quieres solucionarlo debes hacerte lo primero la siguiente pregunta:

¿Hay mucha más gente con el mismo problema que yo?

Si la respuesta es SÍ, da por hecho que habrá una solución comercial a la que puedas recurrir.

Si la respuesta es NO, no habrá tal solución y tendrás que elegir entre una de estas opciones:

  1. Te resignas a convivir con él.
  2. Te buscas una solución rápida. De esas que, con suerte, funcionan la primera vez y casi nunca la segunda.
  3. Le dedicas un tiempo a pensar. Buscas la solución definitiva.

Aunque lo vaya pareciendo, este no es un artículo de autoayuda en el que se va a hablar de vaguedades que cada uno interpreta como mejor le conviene. Es un artículo sobre impresoras 3d y por consiguiente de los objetos que se pueden fabricar con ellas.

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Es casi seguro que los dos objetos que se van a describir no le servirán a nadie más que a mí. Como el título del artículo indica, son objetos a medida para problemas especiales. Con ellos se pretende mostrar uno de los campos a los que puedes acceder si cuentas con una impresora 3d. Y también que, de las tres opciones descritas a la hora de afrontar un problema, la última es la mejor.

Problema 1:

Cuento con un ordenador muy antiguo que me dejaron cuando se deshechó para el uso profesional al que estaba destinado. Fue hace años una gran máquina y, para el uso que yo le doy, lo sigue siendo a día de hoy. Parece que en su momento se estropeo su fuente de alimentación porque a mí me ha llegado con una genérica y una clavija adaptadora a este ordenador concreto.

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Pues bien, este adaptador tiene mucha holgura y una gran tendencia a soltarse. Lo puede hacer cuando trabajo con él conectado a la red con lo que, concentrado uno en lo que importa, no me entero que estoy tirando de batería (muy disminuida la pobre) hasta que su icono se pone rojo en la pantalla.

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Hasta aquí, el asunto sería soportable y podría convivir con él sin demasiados problemas porque la pieza adaptadora se suelta del enchufe del cable pero queda prendida al ordenador. Pero la cosa se agrava si se suelta cuando no está conectada al ordenador. Un día apareció en el fondo de la mochila. Un sustillo. Otro día no aparecía cuando me iba a poner a trabajar en casa y la encontré oculta debajo del sofá.

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Aquí me dí cuenta de que, la tercera pérdida iba a ser en algún lugar no controlado (por ejemplo al recoger apresuradamente todo el material cuando vaya a algún evento). En ese momento me iba a quedar sin el adaptador o lo que es lo mismo, con una fuente de alimentación inservible. Y eso no es lo peor. Lo malo es la cara de tonto que se te queda cuando pasa algo que estabas viendo que iba a pasar.

Ante el problema concreto:

  • Opción 1.- No hacer nada. Confiar en la buena suerte.
  • Opción 2.- Solución rápida. Fijar las dos piezas con alguna cinta adhesiva. Una guarrería que no durará y acabará dejando las piezas pringosas de adhesivo degradado por el calor.
  • Opción 3.- Construir una pieza de bloqueo con la impresora 3d. Me gusta. Voy a intentarlo.

Como estoy dando mis primeros pasos con Freecad, diseñar una piecita para solucionar el problema parecía un ejercicio asequible a mis incipientes conocimientos. Esta es su representación virtual.

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Y aquí la real, impresa y colocada. Supongo que se aprecia que, reproduciendo las formas originales de las piezas que vamos a fijar, ya no pueden soltarse la una de la otra.

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Reconozco que hasta yo mismo quedé sorprendido de lo bien que ajustaba. De hecho, suena hasta un click cuando la coloco en su sitio. Con todo, ya en el proceso de diseño pensé en algo para asegurarla sin ningún riesgo de que se soltara (de la misma manera que entra, podría salir). Además, una acción maker tiene que terminar siempre con una brida de plástico. Es algo así como la firma, la demostración física de que lo que ves no es un producto comercial.

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Problema 2:

Mi hija tiene una furgoneta. Es una Mercedes Vito muy antigua. Al igual que yo con mi portatil, ella está encantada con su vehículo porque le presta el servicio que quiere. Estoy pensando que este artículo se podía haber titulado también Nueva Vida para Objetos Antiguos. A lo mejor en el futuro me decido a escribir algo en esa dirección.

El caso es que, como podéis ver en la foto de presentación, una de las dos llaves de la furgoneta «sufrió un accidente» y se dobló. Mucho. Bastante más de lo que se percibe en la foto. En un taller le dijeron que procurara no arrancar la furgoneta con esa llave porque, como se rompiera en el contacto, la llave iba a ser el menor de sus problemas. A lo mejor no se podría sacar el trozo roto y habría que cambiar todo el contactor de arranque.

En este caso, la opción 1 era no hacer nada y arreglarse con una sola llave. La 2 era comprar una llave nueva. Es una solución definitiva pero bastante cara porque, a pesar de ser un vehículo antiguo, lleva un sistema antirrobo (un transpondedor que solo permite arrancar la furgoneta  cuando el contactor reconoce electrónicamente el código que va grabado en ese dispositivo embutido en el cuerpo de la llave).

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La opción 3 que es la que os voy a relatar es un tanto original.

Consiste en extraer con cuidado el transpondedor de la llave doblada.

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Y cortar un hueco para insertarlo en una copia de llave normal. Una copia de ese tipo cuesta muy poco dinero y de hecho mi hija ya había hecho una. Permite abrir las puertas pero no arranca el vehículo.

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Después (en este caso más bien durante) diseñar en Freecad una funda que sujete firmemente y en la posición correcta el transpondedor a la llave.

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Por último, como siempre, construir la pieza con la impresora 3d y probarla. Se diseñó un poco más pequeña de lo teóricamente necesario para que no quedaran holguras. La idea era ir limando poco a poco la llave hasta que la funda entrara como un guante. Y me volví a sorprender de lo bien que quedaba porque no tuve que limar más que un poco por las zonas que estaba previsto. Me temo que dos aciertos seguidos es mucha suerte. En la siguiente ñapa que intente tocará fracasar. La llave queda casí como una original. Si no fuera porque lleva la firma maker: Otra brida.

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Que no es un capricho. El transpondedor ha entrado muy justo, pero no me quiero arriesgar a que, con las vueltas y el uso que se le da a una llave, se pierda por ahí.

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Hasta aquí el artículo. Un refuerzo para los que ya practican este tipo de soluciones. Una demostración de que se pueden arreglar infinidad de problemillas pensando un poco en ellos. Y un empujoncito para los que les gustaría tener una impresora pero no tienen claro la gran cantidad de usos que le podrían dar.

Otros capítulos de esta seríe:

Ya tengo impresora 3d ¿Y ahora qué?

8 comentarios en “II. Ya tengo impresora 3D. Problemas Especiales > Objetos a Medida”

  1. «una acción maker tiene que terminar siempre con una brida de plástico. Es algo así como la firma, la demostración física de que lo que ves no es un producto comercial.»

    Estoy pensando en tatuarme esa frase. En el pecho.

    😀

  2. La verdad es que a veces no somos conscientes de «nuestro poder».
    Se me ha estropeado una de las sujecciones el embellecedor del desagüe de la ducha. En la tienda me piden 21 euros por el embellecedor completo, que no es más que un cacho de plástico ABS. Hacer una pequeña pieza para arreglarlo me ha llevado un momento y menos de 10 céntimos de coste.

    1. A pesar de todo, no considero que el «ahorro» que se puede conseguir en estas situaciones sea el mayor valor de las impresoras 3d. Otra cosa es la independencia, la posibilidad de no tener que aceptar ciertos abusos.

      1. Exacto, es como las tricotosas en las que podías hacer todos los jerseys por muy poco dinero, o como las yogurteras. Cuantas tricotosas y yogurteras habrá guardadas en los camarotes… pero como bien dices no es sólo una cuestión de dinero (que también), es la satisfacción de poder decir que hay cosas para las que no os necesito. Evidentemente nadie se va a comprar una impresora 3d para tener en casa por si acaso se le rompe la manilla de la nevera detrás de la impresión 3d hay otra filosofía.

  3. Para seguir firmando con bridas amarillas tendré que comprar más. Esta era la última que me quedaba 🙂
    Sí que una impresora nos aporta poder. Estos ejemplos son «cosillas» de muy poca importancia pero están hechas de la misma esencia que otras que podrían resolver grandes problemas. A ver si esta serie de artículos toma cuerpo y acaban circulando por aquí objetos y proyectos de peso.

  4. jejeje, al final ya veras como lo de la brida amarilla queda como el sello de fabrica 🙂

    Creo que estas dos historias que has contado son el lugar exacto donde las impresoras 3D muestran el autentico poder que nos otorgan (si estamos dispuestos a andar el camino).

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