Si tienes un problema y quieres solucionarlo debes hacerte lo primero la siguiente pregunta:
¿Hay mucha más gente con el mismo problema que yo?
Si la respuesta es SÍ, da por hecho que habrá una solución comercial a la que puedas recurrir.
Si la respuesta es NO, no habrá tal solución y tendrás que elegir entre una de estas opciones:
- Te resignas a convivir con él.
- Te buscas una solución rápida. De esas que, con suerte, funcionan la primera vez y casi nunca la segunda.
- Le dedicas un tiempo a pensar. Buscas la solución definitiva.
Aunque lo vaya pareciendo, este no es un artículo de autoayuda en el que se va a hablar de vaguedades que cada uno interpreta como mejor le conviene. Es un artículo sobre impresoras 3d y por consiguiente de los objetos que se pueden fabricar con ellas.
Es casi seguro que los dos objetos que se van a describir no le servirán a nadie más que a mí. Como el título del artículo indica, son objetos a medida para problemas especiales. Con ellos se pretende mostrar uno de los campos a los que puedes acceder si cuentas con una impresora 3d. Y también que, de las tres opciones descritas a la hora de afrontar un problema, la última es la mejor.